Manejando por la Toscana

Desde que vi la película “French Kiss” con Meg Ryan y Kevin Kline, la idea no dejó de pasearse por mi mente. Un viaje por la Toscana, disfrutar de un buen chianti, escuchar música italiana en la ruta, despeinarme con el viento a través de las ventanillas bajas, vestir un solero como los que usaba la actriz y, ¿por qué no? pensar en el amor. Italia es una carta de invitación abierta para todas esas sensaciones y experiencias, y la Toscana aún más. Por algo fue escenario de ese film, así como de tantos otros famosos, entre ellos Gladiador, La Vida es Bella, Sueño de una noche de verano y el Paciente Inglés. Y es que bajo el sol de la Toscana pueden suceder muchas cosas.

 

Así es que ahora que ya no soy pequeña, cuento con mi registro de conducir y puedo viajar sola, decidí cumplir mi sueño. El plan era comenzar por Florencia, ciudad que ya conocía de un viaje previo, y luego seguir por Vinci, Pistoia, Collodi, Barga, Lucca, Pisa, Volterra, Certaldo, San Gimignano y Siena. Necesitaba alquilar un auto y todo era posible.

 

De Roma a Pistoia

Volé a Roma y ahí mismo en Fiumicino renté mi transporte. Y fui hasta Florencia, en donde repetí los planes que me habían gustado de la vez pasada, pero ahora motorizada. Volví a cenar en el Mercado Central, y esta vez me dirigí en auto hacia la plaza de Miguel Ángel. En mi primera visita había hecho el camino a pie y es una cuesta arriba ¡muy cansadora! Así que agradecí estar en auto. Al día siguiente, tomé la ruta SGD (Strada di grande Comunicazione) Firenze – Pisa Livorno para dirigirme a mi próximo destino.


En 45 minutos llegué a Vinci y visité el museo del gran Leonardo. También pasé a 3 kilómetros por la granja en donde nació, y llegué hasta Anchiano, un pequeño pueblo cercano en donde degusté olivas y probé algunas copas de chianti. Elegí la vía Montalbano, pero también se puede llegar por la vía Lamporecchiana. Pasé la noche en el lugar porque no podía manejar habiendo bebido.

 

Durante la siguiente jornada, completamente renovada, regresé a Vinci y continué durante 40 minutos hasta Pistoia, siguiendo las rutas 123, 16 y 9 (esta última es la Vía Montalbano). Me intrigaba conocer esta ciudad tan controvertida, nombrada en la Divina Comedia de Dante y descripta por él como “el lugar de los enemigos del cielo”. Resultó ser una ciudad celestial, plagada de color y de historia. Como estaba en auto tuve la ventaja de poder recorrer los invernaderos y mercados de flores que se encuentran en las afueras de la ciudad.

toscana

Otras paradas que realicé:

 

  • Collodi, a 30 minutos de Pistoia, lugar de nacimiento del autor de Pinocho, donde visité el parque temático de este famoso cuento (por supuesto compré un muñeco de souvenir).
  • Barga, a poco más de una hora de Collodi, fue uno de los lugares en los que más aluciné con quedarme a vivir. ¿Cómo no hacerlo con esos paisajes mágicos? Este pueblo está considerado uno de los más bellos de toda Italia.
  • Lucca, a 45 minutos de Barga por la Via Statale 12, para visitar sus murallas intactas desde la época medieval.
  • Pisa, a solo 20 minutos de Lucca, para hacer la famosa foto. ¿Quién puede obviar ese paso?
  • Volterra, a una hora y cuarto de Pisa, para visitar la Porta all’Arco etrusca, y las Ruinas de Velathri romanas.
  • Certaldo, a 50 minutos de Volterra, un pueblito más que bonito en lo alto de una colina, al que no pude acceder en auto, solo en funicular. Les recomiendo recorrer el barrio medieval Borgo Alto (a pie).
  • San Gimignano, a menos de media hora de Certaldo, para ver las inmensas torres medievales (se conservan 15 de ellas) y el Museo de la Tortura (un poco sádico pero interesante).

toscana

Destino final en la Toscana: Siena

Siena era el último lugar en mi plan. Tomé la Raccordo Autostradale Firenze – Siena, y en una hora aproximadamente arribé a destino. La verdad es que no esperaba cerrar mi viaje de esta manera, pensé que Siena era un lugar de menor importancia que Florencia y que todos los lugares que ya había recorrido y que no me iba a ofrecer nada nuevo. Me sorprendí, porque fue república autónoma en algún momento, lo que se denota en su esplendor. Recomiendo hacer una vista panorámica desde el mirador de la Basílica de Santo Doménico. Es ideal estacionar en la plaza central, hacer esa parada y después dirigirte caminando hacia el pasadizo que te llevará a la Piazza del Campo, una de las más bellas de toda Europa.

 

Más allá de todas las películas filmadas en la Toscana, entendí que lo mejor que nos ofrece es la posibilidad de recorrer sus rutas y armar nuestro propio guión.

También te podría gustar...