Roadtrip Sevilla – Granada

 

Mi viaje en España no comenzó en Sevilla, sino en Barcelona. Pero esa es otra historia. Hoy solamente les contaré el roadtrip y los lugares alucinantes que no puedo dejar de rememorar cada vez que pienso en mi viaje a Europa. Y pensar que yo ni siquiera quería ir a España, siempre pensando en Italia. Quizás por eso me sorprendí tanto, no esperaba mucho, y me llevé experiencias que nunca había imaginado.

Cuando llegué a Sevilla, luego de manejar desde Barcelona con pequeñas paradas intermedias, tenía que cenar algo suculento, así que no me pude resistir ante el aroma del risotto de boletus (hongos) y ternera, acompañado de una Cruz de Campos (cerveza típica de la zona), que degusté en el Bar Alameda. Después me fui a descansar al departamento que alquilé, donde mi anfitriona me explicó que no podía dejar pasar el Barrio Santa Cruz. Le hice caso, y al día siguiente recorrí las tiendas del barrio, no sin parar en el restaurante de Álvaro Peregil (¡sí! ¡no es broma!) y comer unas de las mejores tapas que probé en España. Era Domingo, recorrí las calles entreveradas repletas de balcones coloniales bañados en flores. De repente, me topé con la catedral, y para mi sorpresa, un casamiento en pleno curso. En principio no entendía de qué se trataba, todo el pueblo del lugar estaba cantando y aplaudiendo a los novios. Una orquesta tocaba, muchos carruajes esperaban cerca del lugar, y los novios danzaban al compás de un baile tradicional.

El que les contaba fue solamente el comienzo de mi estadía en Sevilla. Debo recomendarles por supuesto el Real Alcázar, donde se han filmado famosas escenas de la serie Game of Thrones, un palacio ecléctico que mezcla el estilo almohade con el que le impusieron los reyes católicos a su paso. Es imprescindible también, antes de dejar la ciudad, asistir a un show tradicional de flamenco.

 

Al 4to día de mi llegada tomé la ruta 92 con la Alhambra de Granada como mi objetivo. Me habían comentado que era similar al Real Alcázar, que me había deslumbrado. Así que emprendí mi camino nuevamente. De camino, hice algunas paradas:

 

  • Plaza de Toros de Osuna. Fue construida en el año 1904, pero conserva asientos de épocas del imperio romano, y aparte fue sede de filmación también de grandes escenas de Game of Thrones (por si no habían notado mi afición). Queda al paso por la ruta 92, pasando “La Puebla de Cazalla”. Como dicen los sevillanos, “no te puedes perder”.
  • El Torcal de Antequera. Es un parque nacional espectacular con formaciones de piedra caliza, que forma parte del Patrimonio Mundial de la Humanidad (UNESCO). Desde la ruta 92, se puede acceder por la 343.

 

Los palacios nazaríes de la Alhambra requieren sacar una entrada con mucha anticipación, pero igualmente se pueden recorrer sus exteriores, que no son pequeña cosa. También se puede visitar el Palacio de Carlos V. Pero la Alhambra es lo que menos me impactó (quizás por haberla visto por fuera solamente) de Granada. La verdad es que me sentí transitando un cuento de Las Mil y una Noches cuando caminaba por las calles plagadas de influencia árabe. En el barrio Albaicín hay varios miradores para apreciar la ciudad, como el de San Cristóbal, el de Aixa y el de San Nicolás. Hay que estar bien físicamente porque el barrio prácticamente se puede transitar a pie solamente, y está emplazado sobre la ladera de una montaña, pero créanme, ¡vale la pena!

Dice un famoso poema que no hay nada en la vida peor que ser ciego en Granada, pero la música típica que uno puede encontrar en las ventanas de algunas casas, y el aroma del azahar y las especias, logran que la experiencia sea multisensorial, por no decir exquisita.

 

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❗️Respetá siempre las leyes de transito y disfrutá cada kilometro.

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